jueves, 19 de febrero de 2009

EL CABREO DE LOS AUTONOMOS Y DE LAS FAMILIAS


GOLPE DE TIMON DE LA BANCA

Hoy, no se percibe en las calles de la ciudad aquel movimiento que había poco antes del pasado verano, ruidoso y casi estresante, pero alegre, de los transportistas, obreros y autónomos que la plena actividad producía. Ahora, se respira una tranquilidad tensa. Es el silencio previo a la explosión. Esa mayoría de comerciantes, autónomos del sector de la construcción, transportistas y pequeños empresarios que sufren de forma callada, con dignidad, pero con un profundo enojo, (cabreo diría yo), el golpe de timón de la banca, que sin más cerró sus pólizas de crédito impidiéndoles seguir con su normal trabajo.

A pesar de la generosa inyección económica realizada por el Gobierno mediante planes de ayuda a la Banca, 50.000 millones de euros para la compra de activos financieros para garantizar su liquidez y de los 200.000 millones de euros en avales a las emisiones de deuda de las entidades bancarias a precio de saldo (al 0,50%), la reacción de la banca, ha sido y es, la de seguir poniendo trabas. Ninguna de esas bien intencionadas medidas gubernamentales, por el momento, sirve para favorecer a los autónomos ni a las familias.

Los trabajadores autónomos son los que están sufriendo esta crisis en mayor medida. Ni tan siquiera tienen derechos de cobertura por desempleo, a pesar de que en el Estatuto del Trabajador Autónomo viene reconocido.

Este montante de dinero estaba destinado a favorecer a los bancos para que prestasen. Sin embargo, esta operación es lo mismo que dejar en el corral al zorro al cuidado de las gallinas.

Unos sencillos cálculos resolverían el problema, y el espíritu emprendedor de ese ejército de trabajadores independientes produciría riqueza, si el gobierno hubiera hecho esta financiación de forma más directa, sin intermediarios, y en idénticas condiciones que a la Banca: Sólo con 100.000 millones € / 4 millones de autónomos = 25.000 € por autónomo. Suficiente para resolver la situación de falta de tesorería y proceder a su posterior devolución como cualquier préstamo, eso sí, con el aval del Estado.

El Gobierno debe sacudirse su complejo queriendo aparecer como más liberal y actuar más acorde con su ideario político. Para nada le sirve su actuación de acercamiento y moderación ante la Banca, si ésta responde con soberbia, como un auténtico poder fáctico, por medio de un golpe de timón, influyendo con sus estrategias en la economía del propio Estado.


Por cierto, el 23-F, hace 28 años, hubo otro golpe de timón......Aquel fracasó. ¿O sí?.

Francisco Craviotto
www.craviotto-opinion.com/

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